¿Qué hay tras la muerte física de un ser humano? Al parecer, los antiguos egipcios tenían una idea clara de ello: la vida continúa en otro plano de realidad en donde el hombre comulga con los "dioses".
Acabo de volver de un nuevo viaje a Egipto. Con los cincuenta viajeros que me acompañaban recorrimos numerosos templos y pirámides. Luxor, Karnak, Abydos, Dendera o las célebres tres moles de Giza fueron algunas de nuestras visitas. El ingenio técnico de los misteriosos constructores egipcios resaltaba en un sin fín de detalles. Lo contemplo y analizo desde hace un cuarto de siglo en cada uno de mis viajes a Egipto, y sigo quedando mudo de admiración. ¿Cómo es posible que una civilización tan adelantada en su tiempo, con asombrosas técnicas de construcción, avanzados conocimientos de astronomía y una lenguaje escrito complejo como maravilloso, tenga creencias tan "primitivas" y "supersticiosas"? Miles de dioses, mitos, y creencias de todo tipo, tachadas por algunos como absurdas, contrastan con su hazaña material. Una aparente contradicción que, por cierto, también vemos en otras culturas, como la griega. ¿Por qué ese contraste?
Aunque hay muchas explicaciones posibles, no descarto la idea de que los dioses y mitos de los antiguos egipcios constituyan otro tipo de legado, una mezcla de símbolos, arquetipos y mensajes profundos sobre la vida espiritual del hombre en la Tierra y su conexión con ese más allá que aguarda tras la muerte.
Nuestra ciencia ha podido interpretar buena parte del legado material de esta fantástica cultura; pero aún se halla miope ante el mensaje oculto de estas "creencias" y "rituales" de los antiguos egipcios. Ellos descubrieron algo en ese "otro lado" que nos aguarda, y lo dejaron patente en sus signos y ritos funerarios para que lo tengamos presente...